jueves, 7 de agosto de 2008

De 0 a 600 personas

(Te costará leerlo aprox.: 1min. 59seg.), (datos extraídos de despuesdeldomingo.com).

Fellowship Church de Dallas, Texas. Su iglesia pasó de 0 a 600 personas en menos de dos meses. Vamos a ver lo que ocurrió y no sólo lo que pensaron, sino lo que llevaron a cabo:
1. Enviaron 5,000 tarjetas de invitación por correo, las cuales iban acompañadas por un cupón que podía ser redimido en la iglesia por una tarjeta de gasolina con valor de $5.00 (solamente el primer día de culto). 
2. La campaña generó mucho interés en la comunidad y recibieron cientos de llamadas por teléfono preguntando acerca de la iglesia (e imagino que preguntando también sobre el cupón).
3. Colocaron grandes letreros en el exterior del templo con la dirección Web de la iglesia.
 

4. La Web fue previamente diseñada con un esquema de navegación simple y un contenido reflejando lo que es Fellowship Church Miami.
5. Recibieron publicidad gratis a través de un comunicado de prensa en un periódico local.
6. Visitaron comercios e hicieron contactos personales en la comunidad.
7. Se hicieron llamadas por parte del personal de la iglesia a cada una de las visitas que asistieron al servicio.
8. Se crearon equipos para recibir y entablar conversación con los visitantes, desde que estacionaban sus autos hasta que se acomodaban en sus asientos. El mostrar una actitud amistosa y una gran sonrisa es el secreto de una buena recepción.
9. Crearon un ambiente familiar. Recibieron a los que llegaban con pastelitos y comida popular de la cultura local.
10. Un grupo de personas saludaban a los automovilistas que pasaban frente a la iglesia en la muy transitada avenida, esto provocó que mucha gente se detuviera para preguntar acerca de la iglesia.
Resultado: recibieron más de 600 personas el primer día de culto y la asistencia continúa creciendo.
Ahora bien, se nos plantean algunas cuestiones para las cuales es necesario que expreses tu opinión. El objetivo de una iglesia no es congregar a 600 personas en el menor tiempo posible ni que el motivo de la asistencia sea el cupón de descuento. Pero reconozco el trabajo realizado por estos voluntarios de visitación, llamadas, publicidad, etc… La gente continúa asistiendo y ya no hay cupones de por medio. Creatividad, diligencia, elaboración y ejecución de un plan que acaba en éxito. Pero (casi siempre hay un pero), podemos caer en un error fatal: sustituir por completo a Dios por técnicas de publicidad y marketing. Esta campaña bien podía pertenecer a McDonald´s o Nike y lo que nos debe distinguir es la presencia de Dios en cada momento (entiendo que además de estos 10. pasos la oración estuvo presente desde el primero hasta el último). Este tema es muy jugoso, pero pronto lo desarrollaremos a la luz de 1ª Corintios 9:19-23.
Por ahora, espero vuestras impresiones.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Con el mal no se juega

(Te costará leerlo aprox.: 1min. 55seg.)
Leía en elmundo.es acerca de la nueva entrega de "Batman", titulada 'El caballero oscuro', y la 'maldición' que parece estar cebándose en sus protagonistas. Pero buscando un poquito, sin entrar en muchas más películas ni detalles, os dejo un repaso por algunas películas convertidas en leyenda negra.
El caballero oscuro - El primer 'damnificado' fue Heath Ledger, que encarnaba al villano Joker, falleció a causa de una sobredosis. Su protagonista, Christian Bale, pasó unas horas en el calabozo tras ser acusado de violencia doméstica. La última ha sido la de Morgan Freeman que sufrió el pasado domingo un accidente de tráfico.
La profecía
- Un avión que iba a ser usado en el rodaje en 1976 se estrelló y sus ocupantes murieron. El IRA atentó contra el hotel y un restaurante que frecuentaba el equipo y el reparto. Gregory Peck padeció la muerte de su hijo. Y John Richardson, de efectos especiales, sufrió, el viernes 13, un accidente de coche en el que murió su ayudante. Justo al lado, una señal indicaba: km 66,6.
Poltergeist
- La hija adolescente de la primera parte fue estrangulada por un ex novio, y en 1988, Heather O’Rourke, la niña rubia de 12 años que protagonizaba la tercera parte, murió repentinamente de una rara enfermedad.
El exorcista
- El abuelo de los protagonistas murió al inicio del rodaje. La habitación de la niña se incendió y paró el rodaje seis semanas. El hijo de Jason Miller (el padre Karras, en la ficción) sufrió un accidente de moto. Varios metros de la película desaparecieron. La figura del demonio Pazuzu se perdió camino de Irak (escena inicial) y fue encontrada en Hong Kong.
La semilla del diablo
- En 1968, sectas satánicas amenazaron al director, Roman Polanski, por desvelar secretos de sus rituales. Aseguraron que Polanski pagaría con sangre. Meses después del estreno, su mujer, Sharon Tate, embarazada de ocho meses, y cuatro amigos fueron brutalmente asesinados por Charles Manson. El filme se rodó en el edificio Dakota, en Nueva York, donde fue asesinado John Lennon en 1980.
Más allá de maldiciones y morbo, de “casualidades” o simples consecuencias de actos, hay algo claro: el mal está muy presente, y con el diablo no se juega. Todas estas películas, que al fin y al cabo son comunicación, giran entorno a una temática sombría de la cual hemos de apartarnos. No digo cerrar los ojos al mundo, de hecho hemos de conocerlo para saber cómo actuar de la mejor manera, pero no tenemos por qué convertirnos en partícipes activos de estos films que sin duda alejan nuestra mente de los propósitos de Dios. Cada vez surgen más y nuevas películas sobre estos temas, y con esta concluyo: aparecía en publicidad en la portada de elmundo.es esta nueva película: “Helion, el Ángel Caído. La obra del diablo es un juego de niños” (¡por favor!, ¡si tiene la firma del diablo en su título!).
¿Que más puedo decir...?

domingo, 3 de agosto de 2008

Bombillas en bombillas que acaban en bombillas


A veces, y digo a veces…
Surgen muchas ideas que dan lugar a fuertes emociones y ganas que dan lugar a fenomenales ilusiones de evangelismo y crecimiento que dan lugar a cuantiosas reuniones que dan lugar a incontables palabras que dan lugar a tantos folios los cuales dan lugar a grandes proyectos que dan lugar a quedarse en folios que están llenos de incontables palabras nacidas de cuantiosas reuniones provocadas por fenomenales ilusiones estimuladas por las ganas y emociones excitadas por ideas. 

viernes, 1 de agosto de 2008

Vives en un mundo MARCAdo II


Marcados a flor de piel
Me resulta interesante y hasta atractivo pensar en los límites y fronteras que la publicidad no alcanza a tener. En este caso el soporte publicitario es el cuerpo, publicidad a flor de piel. Esto actualiza la idea del hombre-anuncio (ese hombre enfundado entre dos carteles o repartiendo folletos disfrazado de pollo) para convertirlo en un hombre-marca. Algunos dicen de él que quizá sea el soporte completo de cuantos ha conocido la publicidad: llamativo, novedoso, móvil, interactivo, cercano, inteligente y ecológico.
Frente, manos, brazos, espalda, torso… cualquier parte del cuerpo es susceptible de convertirse en soporte si cumple los requisitos de visibilidad. El soporte corporal llega a espacios vetados a los soportes convencionales.
Un solo ejemplo para ver todo esto de una forma gráfica:

Andrew Fischer, un universitario de Nebraska, recibió 37.000 dólares de una farmacéutica tras subastar su frente como espacio publicitario. Durante 4 semanas llevó dibujado el logo de SnoreStop, un medicamento contra el ronquido. La farmacéutica duplicó sus ventas. 

El medio es tan importante como el mensaje. Vender nuestro cuerpo como soporte publicitario, convertirnos en vallas móviles y atípicas cuyo objetivo sea hacer que una marca venda más, atreverse a dar un salto a un nuevo tipo de ser humano. O... simplemente ¿nuevas formas de publicidad?, ¿solución ingeniosa entre la vorágine publicitaria?, ¿sin trascendencias morales?, ¿sin perder la esencia de lo que realmente somos?

Vives en un mundo MARCAdo I


¿Cucarachita tú, cucarachita yo?

“Dime que marca llevas y te diré quien eres”. Podría ser la versión actual del refrán original. Somos una mezcla de genes y ambiente, es decir, de lo que papá y mamá ponen en ti, y de la influencia de la sociedad, moldeando así tu propia persona. En consecuencia, nuestro entorno ejerce un peso tan importante que merece ser analizado. Ideologías, tendencias, moda, vocabularios, música, alimentación, deportes, formas de actuar, de pensar, e incluso las mismas religiones están influidas por un elemento que las impregna en mayor o menor medida, la publicidad. Por tanto, podríamos afirmar que vivimos en un entorno publicitario, y que este, como ya hemos dicho, tiene unas consecuencias que se reflejan en las personas, aquellos que formamos la sociedad. 
Para, siéntate y piensa un segundo, ¿concibes un mundo sin publicidad?, ¿imaginas un paisaje sin enfermar por esta pandemia publicitaria? Es difícil escapar de un entorno cada vez más y más consumidor. Como acertadamente dice David Ogilvy, fundador de una de las agencias publicitarias más importantes, “… Cuando todo alrededor es bello, el hombre muestra su rostro más vil al colocar una valla publicitaria…
David Lubars, un alto ejecutivo publicitario, dijo sin pudor alguno en una entrevista: “Los consumidores, son como las cucarachas: los rocías una y otra vez hasta que con el tiempo se vuelven inmunes”. Cualquiera que lea estas palabras no puede tomar una postura indiferente, y me surgen algunas cuestiones a plantear. Ante tal afirmación, como personas que somos y como consumidores, nos hacemos esta pregunta, ¿de verdad nos hemos convertido en eso?, ¿es una descomunal barbaridad llamar al consumidor cucaracha inmune o es una verdad como un templo?

La tormenta comercial que cae sobre nosotros tiene un origen, la marca, y un objetivo, preparar un envoltorio perfecto para persuadir al consumidor. O como quizás diría David Lubars, crear una ideal pócima para nosotros, las cucarachas, que sea capaz de estimularlos.
Los consumidores cada vez somos más  duros, es más difícil que nos paremos ante un anuncio, por eso que las empresas cada vez invierten más y más dinero en publicidad. Algo que causó gran sorpresa es la idea de Pepsi de proyectar su logo sobre la Luna, o lo que ya hizo la empresa Mattel (la de Barbie) al pintar toda una calle en Inglaterra de rosa, desde el perro, hasta la chimenea. Y es que como dice Naomi Klein, ferviente periodista contra la globalización, “seguiremos siendo rociados de este tipo de ingeniosos artefactos”. Volviendo al rompimiento de la publicidad con todo tipo de límites, esto provoca en el consumidor una expectativa, es algo así como… “a ver con qué nos sorprenden ahora, pero quiero que sea más grande que lo anterior…”.
Ahora bien:
¿Nos gusta que nos rocíen? ¿Estamos condenados a ser cucarachas, o hay vía de escape? Como cristiano o simple ser humano, ¿cómo recibes esto? 
(reflexión sobre "No logo: el poder de las marcas")