miércoles, 10 de septiembre de 2008

Entre Ángeles y Animales III

(No importa lo que te cueste leerlo)
Tenemos que entender que algo significante y especial ocurre en la creación del hombre que no ocurre en la creación de los animales: somos creados a la imagen de Dios. Él mismo se agacha y sopla en nosotros de su aliento de vida.
Nosotros tenemos una dimensión espiritual que los animales no tienen.
¿Alguna vez has visto a un perro pensando si va a llegar a ser algo en la vida?, ¿o a un gato reflexionando, preguntándose acerca de quién es?.

¿Quién soy? Soy más de lo que a simple vista ves.
Pensar que no tenemos esa dimensión espiritual es un camino destructivo, porque Dios nos hizo humanos.
Además de ser corporal, soy espiritual.

Cuando actuamos como animales o como ángeles, actuamos como seres que fueron creados antes que nosotros, y este orden en la creación no es el correcto. Negar que somos espirituales y corporales también es ir hacia atrás en la creación.
Y esto del orden de la creación me recuerda a algo también.
1- En el principio, Dios nos creó a su imagen ¿si?.
2- Así nos dio una imagen que portar. Luego nos dio un género: hombre y mujer. ¿si?
3- Después algo que hacer, Génesis dice que Dios puso al hombre en el Edén para que cuidase todo aquello que había sido creado, le pide que cuide el mundo (esto se nos ha olvidado también).
4- Después, la gente comienza a moverse a diferentes lugares. Esto lleva años y años y aparecen diferentes lugares, colores de piel, lenguas, culturas… ¿si? Todo esto llega mucho más tarde en la historia humana.

Pero lo que nosotros hacemos es invertir el proceso de creación de Dios. Déjame explicarlo:
4- Nosotros comenzamos viendo las diferencias culturales y los colores de piel y las nacionalidades y 3- el trabajo y 2- si somos hombres o mujeres y al final, quizás vemos que 1- todos somos hijos del mismo Dios, que todos somos portadores de su imagen.
Todos nosotros vemos las diferencias primero y luego, quizás, comenzamos a ver similitudes.

Entre Ángeles y Animales.
Soy un ser humano, soy un ser espiritual, una criatura distinta a las demás, alentada por el mismo soplo divino.
Ojalá que veamos a todos, a cada una de las personas que nos rodean como eso, personas, merecedoras del mayor respeto y amor que podamos dar.
Ojalá borremos el pecado que mancha nuestra humanidad, la tapa, y no deja ver que somos verdaderos Hijos de Dios.
Ojalá nuestro mirar sea el de Cristo, y no nos equivoquemos en el orden de creación.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Si señor samu. Muchas veces yo mismo me he de recordar que es lo importante en una persona antes de juzgarla y esto es precisamente: ¡q es una persona!

Recuerdo haberme enfadado con alguien en la universidad precisamente por eso, por q hizo como hace toda la sociedad (nosotros tmb sin darnos cuneta) por mirar 1º como viste, por imaginar como son, y automáticamente concluir que hay gente que no merece la pena conocerla. Esto me enfureció en cierta medida, y bueno, me vino como un discurso amonestador que ya no puedo repetir je.

Bueno, no me enrollo más. Sobre tu articulo, simplemente chapó. Me encanta el titulo.
un abrazo
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