martes, 19 de agosto de 2008

La diferencia entre hacerlo y tener que hacerlo

(Te costará leerlo aprox.: 1min. 49seg.)

No podíamos obviar la noticia: Obama y McCain a por el voto evangélico. Acudieron a la megaiglesia de California del conocido pastor Rick Warren. No fue un debate. La noticia, más allá de los temas y opiniones, fue la foto, el apretón de manos que se mostraban ante las cámaras del planeta. Por eso los analistas políticos buscaron el gesto. Tocaba sonreír, ofrecer imagen y vender triunfo. Hemos hablado en otros artículos sobre el lenguaje del cuerpo, y en este evento la actitud de ambos fue muy distinta. Mientras Obama conversaba con Warren y se dirigía a él mirándole a los ojos; McCain miraba a sus electores, o más bien, a sus votos. Para acercarse a ellos el candidato republicano usó las historias personales, las torturas sufridas en Vietnam y cómo la fe le ayudó a sobrellevarlas. Y, en un país que ama la narración de historias como pocos, le funcionó.
Los políticos, tienen que hacerlo, tienen que aparecer ante multitudes: ¿ganarse a las personas? No, más bien ganar el voto de las personas. Sonrisas, apretones de manos, vender imagen, obtener triunfo… no lo hacen, tienen que hacerlo. Visitar escuelas, coger niños en brazos, visitar ancianos, prometerles que no les van a bajar las pensiones… no lo hacen, tienen que hacerlo. Aconsejados por grandes publicistas y propagandistas, buscando la técnica de absorber votos, apareciendo en programas, dando paseos con la familia y 20 guadaespaldas con ellos… Notoriedad hasta la saciedad.
Hay mucha diferencia entre hacerlo y tener que hacerlo. 
No les sale por sí mismos, tienen que hacer que les salga para conquistar no tu corazoncito, sino para conquistar tu votito. Dudo que a Obama y McCain les interesase establecer una pura conexión con el público y contar su verdadera experiencia con Dios. Más bien ver quién ha sido más pecador (antes, ahora por supuesto no). El pasado alcohólico de G. Bush encandiló al público norteamericano y al voto evangélico con más del 70%.
Los políticos no lo hacen,
tienen que hacerlo. 
Y esa es la gran diferencia con Jesús.
Jesús no tenía que hacerlo,
simplemente, lo hacía. 
¿Partido político? Venía de parte de su Padre, quien le envió.
¿Discurso? No quería el voto de nadie, su reino no es de este mundo.
¿Consejeros? Su Padre y su constante relación con Él. A solas. Apartado.
¿Niños? Dejad que vengan a mi.
¿Miradas? ¿Sonrisas? De compasión, de perdón, de autoridad, de amor.
¿Abrazos? ¿Toques? Quería restaurar el corazón de los dolientes, de los cansados, de los necesitados. Una vez dijo, “no he venido a por los sanos, sino a por los enfermos”.
¿Multitudes? Se compadecía y les hablaba, les daba aliento de vida y saciaba sus necesidades.
¿Intereses? Mostrarnos el camino, que él es la verdad y la vida. ¿Por qué? Porque un día lo perfecto se rompió y ahora viene a restaurar y a reconectarnos a Dios. Porque hagamos lo que hagamos nos quiere, y sabe que con él todo está bien.
¿Resultados? En una cruz con los brazos abiertos colgado por aquellos a los que alimentó, sació y curó.
¿Culpable? De que su sangre limpia lo que hacemos mal.
¿Final? Resucitado, sonriente, victorioso.
Jesús no tenía que hacerlo, simplemente, lo hacía.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente reflexión.

Jesús no era un político al uso... lo que quizá no implica negar que, en algún sentido, tuviera una misión política:

http://lacomunidad.elpais.com/periferia06/2008/8/10/la-mision-politica-del-maestro-i-hubo-tal-

En otra línea, aunque sobre uno de los mencionados por ti (Obama):

http://lacomunidad.elpais.com/periferia06/2008/7/27/un-fraude-llamado-obama-

Un cordial saludo.

JF-Cordura (y LEx)

Samuel Gil Soldevilla dijo...

Gracias JF-Cordura (y LEx).
Leeré con mucho gusto tus artícuos.

Anónimo dijo...

Muy buena reflexión.

Me ha gustado mucho el pensamiento que planteas, acabo de llegar a tu blog, y me parece que le iré echando un vistazo a lo que escribas, es muy interesante.

Un saludo, Samuel,

Roberto

Samuel Gil Soldevilla dijo...

Gracias Roberto, que todo esto sea para acercarnos más a Dios y compartirlo al mundo.

Un abrazo.